Las recomendaciones incluyen el abandono de algunas costumbres habituales como los banquetes benéficos para que las personas de escasos recursos rompan el ayuno, o la permanencia en las mezquitas por periodos de tiempo prolongados.
La víspera, durante una reunión del Comité Supremo para la Gestión de la Crisis del Coronavirus, el primer ministro Mostafa Madbouly insistió en exigir con firmeza el cumplimiento de las medidas cautelares.
A partir del día 13 de abril quedarán prohibidas las grandes concentraciones en espacios cerrados, los velorios, las bodas y otras celebraciones multitudinarias.
Los musulmanes deberán mantener la distancia dentro de las casas de culto, usar mascarillas y alfombras personales.
Aunque las mezquitas tienen la orientación de desinfectar el espacio en el intervalo de cada oración, el Ministerio de Salud suplicó que las personas con enfermedades crónicas y los niños recen en casa.
No obstante, las regulaciones serán más flexibles que en 2020. Esta vez se realizarán las plegarias nocturnas masivas (Taraweeh), las cafeterías o restaurantes permanecerán abiertos hasta la una de la mañana y las tiendas hasta las 11 de la noche.
El ayuno durante el Ramadán, que se celebra cada año durante el noveno mes lunar del calendario musulmán, constituye uno de los cinco pilares del Islam junto a la profesión de la fe, las oraciones diarias, la limosna y la peregrinación a la Meca (Hajj).
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