En la misma etapa, pero de 2020, antes del primer reporte de contagio por la Covid-19 en el país, el índice de desocupación era del 11,2 por ciento.
Según el IBGE el número de desempleados alcanzó ahora la cifra récord de 14,3 millones, frente a los 11,9 millones de hace un año.
Hasta entonces el mayor contingente de brasileños parados de la serie histórica, iniciada en 2012, se registró en el trimestre finalizado en marzo de 2017 (14,1 millones). Por su parte, la cifra de ocupados aumentó 2 por ciento y alcanzó los 86 millones. Esto representa 1,7 millones más de personas en el mercado laboral en relación con el trimestre que terminó en octubre.
Sin embargo, la población ocupada es 8,6 por ciento inferior a la de hace un año (8,1 millones de personas menos).
De acuerdo con el instituto, la mayor parte de la crecida del empleo provino del trabajo informal.
La tasa de informalidad es del 39,7 por ciento de la población ocupada, lo cual supone un total de 34,1 millones de trabajadores variables.
En el trimestre anterior el índice fue del 38,8 por ciento y en el mismo trimestre de 2020, del 40,7.
La falta de trabajo afecta a 32,4 millones de brasileños, dígito estadísticamente estable respecto al trimestre anterior, pero con un aumento del 22,7 por ciento (seis millones de personas más) respecto al mismo periodo de 2020.
Entre ellos, 5,9 millones renunciaron a buscar una oportunidad en el mercado laboral, los llamados desanimados.
Tal contingente clasificado por el IBGE como trabajadores subutilizados incluye, además de los desempleados, a desalentados, subempleados (que trabajan menos de 40 horas semanales) y a quienes podrían estar con labor, pero no se ocupan por diversas razones.
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