«Como miembro permanente del Consejo de Seguridad, obviamente, resulta impensable que los organismos e instituciones de la ONU trabajen sin la participación de Rusia», declaró el funcionario al ser interrogado por la prensa sobre si es importante que su país siga siendo miembro de la organización.
Las aseveraciones de Peskov responden a las recientes declaraciones de la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, quien informó que la embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, buscará la suspensión de la participación de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos, por orden del presidente Joe Biden.
Ante este nuevo intento de aislar a la nación euroasiática, el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, afirmó la víspera que Moscú considera impensables los intentos de Occidente de expulsarla de las instituciones del organismo internacional.
Según el diplomático se trata de unos intentos «sin precedentes».
Para justificar sus nuevas propuestas xenófobas, Occidente acusa a Rusia de la situación creada en la ciudad ucraniana de Bucha, ante lo cual Peskov aseguró que estas acusaciones no solo son infundadas, sino que es «un trágico espectáculo bien montado».
«Tenemos que pensar hasta qué punto es posible ahora una investigación verdaderamente imparcial, neutral y sin prejuicios», expresó este alto funcionario al comentar la posibilidad de indagar qué sucedió en esa localidad ucraniana.
La noche del pasado sábado fueron difundidas imágenes de cuerpos tendidos en las calles de Bucha, algunos con las manos atadas. Al respecto, el asesor de la oficina del presidente de Ucrania, Mijaíl Podoliak, declaró que los civiles “estaban desarmados”, “no representaban ninguna amenaza” y “fueron matados a tiros por los soldados rusos”.
El pasado domingo el Ministerio de Defensa ruso consideró las imágenes como una provocación y denunció que se trata de una escenificación creada para los medios de comunicación occidentales.
Aclaró que todos los militares rusos abandonaron esa ciudad el pasado 30 de marzo, mientras que las imágenes se difundieron cuatro días después, luego que los miembros del Servicio de Seguridad ucraniano y la televisión local llegaron a la localidad.
Según el ente militar ruso, los hechos “confirman de forma irrefutable que las fotos y los vídeos de Bucha son otra escenificación del régimen de Kiev para los medios de comunicación occidentales, como ocurrió en Mariúpol con la maternidad, así como en otras ciudades”.
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