Al anunciar su decisión, Silman dejó entrever sus diferencias con el ministro de Salud, Nitzan Horowitz, dirigente del partido de izquierda Meretz.
Ahora el Gobierno tiene 60 escaños en el hemiciclo, la misma cantidad que la oposición, que gana el voto de Silman.
Por el momento la política pertenece a Yamina, la organización encabezada por el ultranacionalista primer ministro Naftali Bennett, pero se da por hecho que abandonará su afiliación en las próximas horas.
Según el diario The Jerusalem Post, la formación opositora Likud ofreció a Silman el décimo lugar en su lista electoral y la cartera de Salud en caso formar un nuevo Ejecutivo.
Yair Golan, viceministro de Economía y también legislador por Meretz, acusó a Silman de ser una oportunista y afirmó que con su postura pone en riesgo la estabilidad de la alianza.
En similar sentido se pronunció el diputado Mossi Raz, quien advirtió que ahora Israel está en peligro de un gobierno ultranacionalista y corrupto.
Por su parte, el ex primer ministro y dirigente de la oposición, Benjamin Netanyahu, felicitó a Silman.
La variopinta alianza gubernamental está integrada por agrupaciones de ultraderecha, centro, islamista, izquierda, todas unidas en su rechazo a la vuelta al poder de Netanyahu, quien dirigió el país durante 15 años, 12 de ellos de forma ininterrumpida.
Ahora Bennett solo puede aprobar leyes con el respaldo de la opositora Lista Conjunta, una coalición de pequeños partidos árabes y de izquierda, pero hacerlo provocará más rechazo de los diputados derechistas que aún le apoyan, advirtió el diario The Times of Israel.
Los también legisladores de Yamina Amichai Shikli y Ayelet Shaked, quien funge como ministra del Interior, podrían seguir los pasos de Silman, comentó el rotativo.
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