Los actos, señaló França durante una audiencia de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, podrían socavar acuerdos económicos clave.
«(Estas medidas) pueden agravar los efectos económicos del conflicto y afectar a la cadena de insumos esenciales», apuntó.
Insistió en que «las sanciones tienden a comprender los intereses de un pequeño grupo de países, perjudicando a la gran mayoría, que depende de los insumos básicos».
Una de las preocupaciones de Brasil es la continua importación de fertilizantes rusos que, según el canciller, son «indispensables para la agricultura y para la seguridad alimentaria del mundo».
Rusia lanzó el pasado 24 de febrero una operación militar en la región autónoma ucraniana de Donbass, después de que las autoridades de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk solicitaran ayuda para repeler la agresión de Kiev.
Días antes, el 21 de febrero, el Kremlin reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios, y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con esos líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
Seis jornadas después, el representante permanente de Brasil ante las Naciones Unidas, Ronaldo Costa Filho, intervino en la reunión del Consejo de Seguridad y pidió trabajar juntos para buscar una solución pacífica a la crisis de Ucrania.
También demandó cautela en relación con la aplicación de sanciones a Rusia.
Según Costa Filho, «el suministro de armas, el uso de ciberataques y la aplicación de sanciones selectivas, que pueden afectar a sectores como el de los fertilizantes y el trigo, con fuerte riesgo de hambruna, conllevan el riesgo de agravar y extender el conflicto y no resolverlo».
Precisó que tales medidas podrían aumentar los riesgos de un enfrentamiento más amplio y directo entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte y Rusia.
A finales de ese mismo mes, el presidente Jair Bolsonaro afirmó que su país continuará en la neutralidad respecto a las operaciones militares de Rusia en Ucrania.
Confirmó que su gobierno seguirá con su posición de imparcialidad sobre ese conflicto y «a favor de la paz».
«No vamos a tomar partido, vamos a continuar por la neutralidad y a ayudar en lo posible a la búsqueda de una solución», comentó el mandatario de tendencia ultraderechista.
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