Hace una semana, fuerzas del grupo yihadista Al Shabab lanzaron una ofensiva contra aquella localidad, en la provincia de Cabo Delgado, con saldo de decenas muertos y miles de desplazados.
El día 24 ‘hubo otro atentado, esta vez en Palma. No fue el más grande de los muchos que tuvimos, pero tiene el impacto de haber ocurrido en una zona, en la periferia de los proyectos en marcha en esa provincia’, sopesó el presidente Filipe Nyusi.
La apreciación del mandatario alude a la relevancia de las inversiones extranjeras en el área, fundamentalmente para la explotación de varios yacimientos de gas natural, con participación de transnacionales petroleras como la francesa Total.
‘No perdamos el foco. No nos molestemos, vamos a abordar al enemigo como lo hemos estado abordando, con alguna contienda como lo están haciendo las Fuerzas de Seguridad, dijo Nyusi, al inaugurar ayer en Maputo varias dependencias del Instituto de Seguridad Social.
La falta de concentración, remarcó, ‘es lo que quieren nuestros enemigos internos y externos’.
De cuerdo con el reporte oficial, las acciones de Al Shabab ocurrieron a unos 10 kilómetros de las instalaciones de Total en la península de Afungi, donde proyectan millonarias obras de infraestructura para el procesamiento del gas natural.
Al decir de Nyusi, la decisión del país es ‘abordar al enemigo como lo hemos estado abordando’.
Según la oficina de Naciones Unidas para la coordinación de asuntos humanitarios, la situación en la zona de Palma sigue siendo tensa, aunque en las últimas horas solo se registraron combates y enfrentamientos esporádicos.
Las acciones, reivindicadas por integrantes del Estado Islámico en África Central (ISCA), culminaron ‘con el cobarde asesinato de decenas de personas indefensas y daños materiales en las infraestructuras del Gobierno’, reconoció el Ejército.
Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones notificó que alrededor de cinco mil 300 personas huyeron de Palma hacia otras localidades en Cabo Delgado, debido al clima de inseguridad.
Desde 2017, Cabo Delgado sufre el embate de grupos violentos y el ISCA reconoció la autoría de la mayor parte de las masacres a partir de mediados de 2019.
A fines del año pasado, Nyusi informó sobre los contactos internacionales del ejecutivo para obtener ayuda en la lucha contra los terroristas en la región norteña sin afectar los intereses nacionales, pues ‘de lo contrario, alertó, nos arriesgamos a crear una ensalada de intervenciones en Mozambique’.
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