La exhibición presenta un acercamiento a construcciones arquitectónicas como el Park Güell de Barcelona, una de las obras más conocidas del arquitecto catalán y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Conformada por 53 piezas y prevista hasta el venidero 15 de septiembre, la muestra explica la conexión de los mosaicos antiguos, sus tipologías dentro del movimiento modernista y los procedimientos industriales empleados.
Otro de los propósitos de esta colección es el relato del origen y evolución de la técnica del trencadís, término de la lengua catalana traducido por los especialistas como troceado y que describe un tipo de aplicación ornamental del mosaico desde fragmentos cerámicos o azulejos unidos con argamasa.
Antoni Gaudí constituye el máximo representante del modernismo catalán y, a juicio de los expertos, la mayoría de las veces recreaba sus obras sobre maquetas tridimensionales y concebía sus edificios de forma global, desde funciones estructurales, funcionales y decorativas.
Los historiadores reconocen la integración en sus creaciones de trabajos artesanales como cerámica, vidriería y forja de hierro, y el reflejo de sus cuatro grandes pasiones: arquitectura, naturaleza, religión y la comunidad autónoma española de Cataluña.
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