Según Wu Shijie, vicedirector de Seguridad de esa entidad, todavía se desconocen las causas de la tragedia y es falso que uno de los copilotos provocó la caída el pasado 21 de marzo del vuelo MU5735, operado por la compañía China Eastern Airlines.
El funcionario también negó rumores divulgados por internet acerca del fin de la decodificación de las cajas negras y también de una orden para evaluar la salud mental de los pilotos.
“Las autoridades todavía investigan la causa del accidente y aun es demasiado pronto para llegar a conclusiones”, acotó Wu.
Reveló la puesta en marcha de una operación para dar con quienes iniciaron esos comentarios y los atribuyeron a instituciones del Gobierno, al advertir sobre la imposición de cargos criminales para ellos.
Igualmente, mencionó que las aerolíneas ofrecen ayuda sicológica a su personal porque el incidente le provocó estrés y depresión a muchos trabajadores del sector.
El vuelo comercial MU5735 se estrelló con 123 pasajeros y nueve tripulantes a bordo en las montañas de la región autónoma de Zhang de Guangxi (sur) cuando viajaba desde Kunming hasta Guangzhou.
La nave despegó a las 13:15, hora local, del 21 de marzo; luego a las 14:19 comenzó a descender bruscamente a una velocidad de 845 kilómetros por hora desde una altitud de ocho mil 869 metros y dos minutos después perdió el contacto con los radares.
Hasta ahora se comprobó que en el momento del hecho las condiciones del tiempo eran normales, los nueve tripulantes tenían buena salud, el avión cumplió con los requerimientos de seguridad antes de despegar y mantuvo comunicación con las torres de control desde su despegue hasta la caída.
Miembros de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos se incorporaron a las pesquisas, se prevé completar en 30 días un reporte preliminar sobre las causas del incidente y un equipo de analistas trabaja en la reconstrucción de la trayectoria hecha por el avión, un Boeing 737-800 con más de seis años de operaciones.
A raíz del suceso, el gobierno chino ordenó una revisión exhaustiva de los sistemas de seguridad en todos los sectores socioeconómicos del país y el presidente Xi Jinping calificó la tragedia aérea como “la campanada de alerta” en medio de recurrentes incidentes letales en terrenos como el transporte, la construcción y las minas de carbón.
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