Al intervenir este miércoles ante el Parlamento, el mandatario recordó que Erevan aceptó las disposiciones sobre integridad territorial e inviolabilidad de las fronteras en 1992, durante la ratificación del acuerdo sobre la creación de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
“Registramos que Armenia nunca tuvo reclamos territoriales contra Azerbaiyán, y la cuestión de Nagorni-Karabaj no es una cuestión territorial, sino del derecho”, subrayó.
El jefe del Ejecutivo dijo que el estatus de Karabaj no es un objetivo, sino un medio para garantizar la seguridad y los derechos de los armenios de esa región. Su Gobierno considera que Ereván y Bakú deben concluir un tratado de paz lo antes posible, advirtió.
Los enfrentamientos en Nagorni-Karabaj cesaron el 10 de noviembre de 2020 en virtud de una declaración adoptada por las máximas autoridades de Armenia, Azerbaiyán y Rusia, luego de casi de dos meses de combates que provocaron miles de muertos.
Como parte de los acuerdos entre Erevan, Bakú y Moscú, fue enviado a la zona de conflicto un contingente de dos mil soldados rusos, desplegado mientras se retiraban las fuerzas armenias de los distritos azerbaiyanos de Agdam, Kelbecer (Kalbajar) y Lachín, ocupados durante la guerra de 1992-1994.
Según la declaración tripartita, los ejércitos de Armenia y Azerbaiyán deben permanecer en sus posiciones actuales, realizar un intercambio de prisioneros de guerra, otros detenidos y cuerpos de los caídos.
De población en su mayoría armenia, el territorio de Nagorni-Karabaj es foco de conflicto desde que decidió separarse en 1988 de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
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