“Todos los rehenes retenidos por los nazis en los barcos del puerto, incluidos los extranjeros, fueron liberados”, subrayó el alto oficial ruso, quien subrayó que las unidades ucranianas y los miembros de la formación radical Azov que quedan en la ciudad portuaria están cercados y no pueden salir de Mariúpol, en la región de Donetsk.
Informó además que las Fuerzas Armadas rusas destruyeron con armas de alta precisión 36 instalaciones militares ucranianas, entre ellas el cuartel general y un depósito de combustible de la 128 Brigada Independiente de Asalto a la Montaña.
Konashénkov indicó que durante el día también fueron aniquiladas dos bases de reparación de equipos de combate y dos depósitos de armas de misiles y artillería de las brigadas mecanizadas 57 y 24 de las fuerzas ucranianas.
Reportó que la aviación de combate rusa atacó en las últimas horas 10 objetivos militares enemigos, incluidos un puesto de mando, tres depósitos de misiles y armas de artillería, así como seis áreas de concentración de equipos bélicos.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques no están dirigidos a la población ni a las ciudades ucranianas, sino contra las infraestructuras militares del país.
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