Como parte de la semana de reuniones de primavera boreal del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, los líderes financieros asistirán de forma presencial o virtual y se esperan pronunciamientos en torno a la situación de Rusia dentro de la economía global.
Según reportes de prensa, varios países occidentales quieren excluir al gigante euroasiático del G-20 a raíz del conflicto bélico.
Pero Indonesia, que preside el grupo este año, se mantiene «imparcial». Otros miembros como India o China tampoco la condenaron hasta el momento.
El ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, confirmó su asistencia, pese a que Estados Unidos expresó su deseo de buscar la expulsión de Rusia del grupo.
Esta semana un funcionario del Departamento del Tesoro del país norteamericano declaró que Washington boicoteará algunas reuniones del encuentro, si la nación euroasiática participa en ellas.
Estados Unidos y sus aliados «continuarán sus esfuerzos» para aumentar la presión económica sobre Moscú y apuntarán a aquellos que intenten eludir las sanciones, advirtió.
La postura estadounidense se suma a un comunicado previo del Ministerio de Economía de Francia, en el que advirtieron que varios países del G7 podrían abandonar la reunión del G20 cuando hable el representante ruso.
Antes, a fines de marzo, el mandatario estadounidense, Joe Biden, opinó que Rusia debería ser expulsada del G20 y señaló que si eso no se podía hacer en «Indonesia y otros no están de acuerdo, tendríamos que permitir que Ucrania también pueda asistir a las reuniones».
Rusia fue expulsada del Grupo de los Ocho países más industrializados del mundo (G-8) en 2014, después de la incorporación de Crimea a la Federación por voluntad popular expresada en una referendo, pero mantiene su presencia en el G-20.
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