De acuerdo con el reporte, en orden descendente, otros de los factores nocivos estriban en los vientos cálidos y secos, conocidos como foehn, y en las propiedades de las nubes.
La conclusión fue posible tras la aplicación de modelos informáticos, conformados a través de observaciones directas, que sirvieron para catalogar según su gravedad a las fuentes desencadenantes del deshielo en la plataforma Larsen C, la más grande de esa zona.
El instrumento empleado facilitó la simulación de patrones de fusión superficial en esa barrera helada en diferentes condiciones atmosféricas y la identificación de cuál de ellos era más significativo.
La doctora Ella Gilbert, modeladora climática regional del British Antarctic Survey y autora principal de este estudio, ponderó la relevancia del hallazgo al considerar que con la determinación de los orígenes del derretimiento, se podrá predecir mejor el futuro y, en última instancia, eso contribuirá a la preparación y adaptación frente a otros cambios.
“Cuando las plataformas de hielo se derrumban, es como sacar el corcho de una botella. Los glaciares que anteriormente estaban retenidos pueden fluir sin restricciones hacia el océano, aumentando los niveles globales del mar”, alertó.
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