El diario Israel Hayom precisó que los tres políticos se quedarán en casa en un futuro previsible para intentar mantener unida a la coalición de ocho partidos, con grandes diferencias entre ellos. Bennett dirige la formación ultraderechista Yamina, mientras Lapid encabeza la agrupación Futuro y Gantz Azul y Blanco.
La alianza en el poder tiene en la actualidad 60 de los 120 escaños en la Knesset (Parlamento) tras la reciente defección de la legisladora ultranacionalista Idit Silman, quien sumó su voto a la oposición, dirigida por el partido Likud del exjefe de Gobierno Benjamin Netanyahu.
No quieren salir del país ante la delicada situación, comentó un funcionario de alto rango citado por el periódico.
Debido a la falta de mayoría en el legislativo y la posibilidad diaria de una fractura del Ejecutivo, no pueden darse el lujo de realizar visitas a otras naciones, apuntó la publicación.
La oficina de Lapid agregó que solo si hay una necesidad urgente el canciller viajará al extranjero.
La variopinta coalición está integrada por agrupaciones de ultraderecha, centro, islamista, izquierda, todas unidas en su rechazo a la vuelta al poder de Netanyahu, quien dirigió el país durante 15 años, 12 de ellos de forma ininterrumpida.
Esas profundas diferencias ideológicas provocan constantes roces en numerosos temas que van desde la relación con los palestinos y la colonización judía de sus tierras hasta asuntos religiosos y de presupuestos.
Ahora Bennett solo puede aprobar leyes con el respaldo de la opositora Lista Conjunta, una pequeña coalición de partidos de izquierda y árabes, pero hacerlo provocará más rechazo de los diputados derechistas que aún le apoyan, advirtió días atrás el diario The Times of Israel.
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