Estamos negociando y tratando de llegar a una solución, pero aún no hemos encontrado una salida a la actual situación, afirmó el político en una entrevista con el Canal 12.
No nos interesan nuevas elecciones nacionales porque no cambiarían nada, pero al mismo tiempo no podemos seguir viviendo en la incertidumbre, apuntó.
Por lo tanto, Abbas se mostró confiando en alcanzar un pacto para mantener a Raam en la alianza.
Ante la presión de sus electores, este mes esa formación congeló su participación en el Ejecutivo por los ataques de los militares israelíes al sitio religioso, el tercero más sagrado para los musulmanes.
Diversos medios de prensa, entre ellos el diario The Times of Israel, anunciaron la pasada semana el regreso del partido a la coalición, dirigida por el primer ministro ultranacionalista Naftali Bennett, tras negociaciones entre el canciller, Yair Lapid, y Abbas.
Los cuatro curules de Raam son clave para mantener en el poder a la variopinta alianza gubernamental.
Incluso con esos cuatro asientos, los socios que respaldan a Bennett controlan apenas 60 de los 120 escaños en la Knesset (Parlamento).
Recientemente la coalición perdió su exigua mayoría tras la defección de la legisladora ultranacionalista Idit Silman, quien sumó su voto a la oposición, dirigida por el partido Likud del exjefe de Gobierno Benjamin Netanyahu.
Días atrás, el diario Israel Hayom reveló que Bennett, Lapid y el ministro de Defensa, Beny Gantz, cancelaron sus viajes al exterior por la crisis del Gobierno.
La publicación precisó que los tres políticos se quedarán en casa en un futuro previsible para intentar mantener unidos a los ocho partidos que comparten el poder.
La variopinta coalición está integrada por agrupaciones de ultraderecha, centro, islamista, izquierda, todas unidas en su rechazo a la vuelta al poder de Netanyahu, quien dirigió el país durante 15 años, 12 de ellos de forma ininterrumpida.
Esas profundas diferencias ideológicas provocan constantes roces en numerosos temas que van desde la relación con los palestinos y la colonización judía de sus tierras hasta asuntos religiosos y de presupuestos.
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