La televisora precisó que ambos políticos sostuvieron un encuentro la víspera, el primero desde que Raam congeló su participación en la alianza gubernamental en rechazo a los asaltos israelíes a la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén oriental.
Sin embargo, medios de prensa nacionales estiman que la decisión de la formación tenía como objetivo contentar a sus bases electorales y no abandonar el Ejecutivo. Además, el boicot no tiene efectos prácticos porque la Knesset (Parlamento) está de receso hasta el 9 de mayo.
En declaraciones al Canal 12, una fuente de Raam que prefirió el anonimato estimó que la coalición encabezada por Bennett está a punto de implosionar, pero señaló que Abbas desea regresar para impulsar más leyes en favor de los árabes.
Precisamente, el diario The Times of Israel reveló este lunes que esa agrupación anunció varias condiciones para su retorno, entre ellas la legalización de varias aldeas beduinas en el sureño desierto de Neguev y más fondos para las comunidades árabes.
Los cuatro curules de Raam son clave para mantener en el poder a la variopinta alianza gubernamental.
Incluso con esos cuatro asientos, los socios que respaldan a Bennett controlan apenas 60 de los 120 escaños en la Knesset.
Recientemente la coalición perdió su exigua mayoría tras la defección de la legisladora ultranacionalista Idit Silman, quien sumó su voto a la oposición, dirigida por el partido Likud del exjefe de Gobierno Benjamín Netanyahu.
Días atrás, el diario Israel Hayom reveló que Bennett, Lapid y el ministro de Defensa, Beny Gantz, cancelaron sus viajes al exterior por la crisis del Gobierno.
La publicación precisó que los tres políticos se quedarán en casa en un futuro previsible para intentar mantener unidos a los ocho partidos que comparten el poder.
La variopinta coalición está integrada por agrupaciones de ultraderecha, centro, islamista, izquierda, todas unidas en su rechazo a la vuelta al poder de Netanyahu, quien dirigió el país durante 15 años, 12 de ellos de forma ininterrumpida.
Esas profundas diferencias ideológicas provocan constantes roces en numerosos temas que van desde la relación con los palestinos y la colonización judía de sus tierras hasta asuntos religiosos y de presupuestos.
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