La iniciativa, que abarca más de 60 naciones de todo el planeta, ofrece asesoramiento a los países sobre el muestreo y las pruebas para detectar ese coronavirus en aguas residuales no tratadas como parte de la vigilancia ambiental para complementar las estrategias de control de la pandemia de Covid-19.
En las Américas laboratorios de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Colombia, Ecuador, México, Perú y Estados Unidos se encuentran entre los que inspeccionan la presencia del SARS-CoV-2 con este método.
La guía de la OMS plantea que la vigilancia ambiental puede proporcionar una alerta temprana y pruebas adicionales sobre el virus en circulación en la población, incluyendo su presencia o ausencia, las tendencias en las concentraciones y las variantes de preocupación o interés.
Señala, además, que este proceso no es nuevo y el método se ha aplicado a patógenos como el poliovirus o los enterovirus, así como para comprobar la presencia de bacterias resistentes a los antibióticos.
Para llevarlo a cabo se utiliza la prueba PCR (reacción en cadena de la polimerasa) a fin de detectar el material genético del coronavirus en las aguas residuales de la comunidad procedentes de los sistemas municipales.
“Dado que la Covid-19 circula en todos los países, los programas de atención de rutina han intensificado el uso del método para la vigilancia ambiental del SARS-CoV-2 a escala comunitaria, con el fin de proporcionar a los científicos datos adicionales”, resaltó la OMS.
Este tipo de vigilancia puede proporcionar pruebas complementarias de que el virus del SARS-CoV-2 está circulando, indicó el doctor Enrique Pérez, director de Incidente para Covid-19 en la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Expresó que el muestreo y las pruebas sistemáticas de las aguas residuales no tratadas pueden ser una forma complementaria y no invasiva de vigilar la presencia del virus, pero sigue siendo importante mantener otros métodos de cuidado.
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