Los intentos del jefe de gobierno israelí, Naftali Bennett, de mantener unida a la frágil alianza en el poder no “será a expensas de confiscar nuestra tierra, robar nuestra riqueza y violar nuestros santuarios”, afirmó el político en un comunicado.
Shtayyeh destacó que la zona se encuentra bajo un estado de tensión debido a las políticas y prácticas de persecución, racismo y limpieza étnica aplicadas por Tel Aviv contra el pueblo palestino.
Ante esa situación, llamó a Estados Unidos a presionar a su aliado para frenar sus planes.
La cancillería palestina condenó la víspera el anuncio, al considerar que el proyecto es un claro desafío a las leyes internacionales.
Además, representa “una grave amenaza para las posibilidades de lograr la paz y restaurar el diálogo con el fin resolver el conflicto de acuerdo con el principio de la solución de dos Estados”, alertó.
El Ministerio de Defensa israelí reveló que el próximo jueves el Consejo Superior de Planificación de la Administración Civil, adscrito a esa cartera, aprobará establecer dos mil 536 unidades habitaciones para colonos judíos y destacó que el proceso para erigir otras mil 452 marcha de forma paralela.
La titular del Interior, Ayelet Shaked, una firme partidaria de los asentamientos y conocida por sus posturas ultraderechistas, celebró la medida en su cuenta en Twitter al considerarla “algo básico, necesario y obvio”.
Según el diario The Times of Israel, en las últimas semanas aumentaron las presiones sobre Bennett, incluso de su propio partido, para impulsar los proyectos edificables para los colonos.
“Este gobierno no es diferente a cualquier otro (…) Continúan construyendo en Cisjordania y destruyendo la posibilidad de un acuerdo”, denunció Hagit Ofran, de la organización israelí Paz Ahora.
De acuerdo con diversas fuentes, unos 490 mil israelíes viven en los asentamientos de la margen occidental y otros 200 mil en la zona este de Jerusalén.
car/rob