Bajo el modelo de poder compartido establecido por los acuerdos de paz de 1998 es condición «sine qua non» que el Ejecutivo esté integrado por fuerzas unionistas y nacionalistas.
El Sinn Fein, antiguo brazo político del extinto Ejército Republicano Irlandés y que aboga por la reunificación de ese territorio británico con Irlanda, sería el encargado de liderar el gobierno provincial, tras ganar la semana pasada 27 de los 90 escaños que conforman la asamblea local.
El Partido Democrático Unionista (DUP), leal a la corona británica y que ya había abandonado el Ejecutivo en febrero pasado, se niega a cumplir con su parte del acuerdo.
Su condición para volver al gobierno es que Londres se comprometa a negociar con la Unión Europea (UE) los términos del protocolo posBrexit para Irlanda del Norte.
En virtud del tratado de retirada firmado por la UE y el Reino Unido, todas las mercancías que se trasiegan entre Gran Bretaña y esa provincia deben ser sometidas a controles aduaneros para comprobar que cumplen con las regulaciones europeas.
La medida, que según Londres y Bruselas busca evitar el establecimiento de una frontera física entre ambas Irlandas, provoca demoras en la llegada de los productos, y es visto por el DUP como una amenaza a la pertenencia de ese territorio británico al Reino Unido.
El triunfo histórico del Sinn Fein, que no oculta sus pretensiones de celebrar un referendo sobre la reunificación con Irlanda, acrecentó los temores de los unionistas.
La líder nacionalista Michelle O´Neil, a quien le correspondería ahora ocupar el cargo de primera ministra, afirmó, no obstante, que la prioridad debe ser ayudar a la población a enfrentar la crisis del costo de la vida, por lo que llamó al DUP a tener un debate ´sano´.
Como parte de los acuerdos, ambos partidos mayoritarios tienen 24 semanas para formar el gobierno, o de lo contrario se convocaría a nuevas elecciones.
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