Relevo natural de Rafa Nadal, apenas comienza a escalar el olimpo de los elegidos, pero va a tal velocidad que ayer el alemán Alexander Zverev, derrotado por Alcaraz en esta capital, lo calificó como el mejor del mundo en estos momentos.
Pudiera hablarse de estadísticas y los guarismos son tan demoledores que no dejan lugar a dudas. El meteórico ascenso de un chico apenas conocido en las canchas internacionales hasta hace poco más de un año, inspira respeto.
Empero, es mucho más que números. Su poderosa derecha es comparada con la del suizo Roger Federer, su revés se acerca al del serbio Novak Djokovic, y la explosividad y convicción lo asemejan con Nadal.
Amaneció hoy como número seis del ranking del orbe, con méritos sobrados. Batió en los courts de la Caja Mágica de Madrid a Nadal, Djokovic y Zverev, sin apelaciones. Y añadió a sus virtudes las “dejadas” que en tenis son ardides muy difíciles y precisos para cambiar con bolas suaves la intensidad del juego.
Natural de la pequeña población de El Palmar, en la región de Murcia, en el sudeste de España, ya demostró que no tiene límites y se desenvuelve con igual soltura en superficies sintéticas, césped o tierra batida.
“Me quedan cinco por delante para ser el mejor del mundo. Tengo muchas ganas de ir a París a ganar un Grand Slam, de demostrar mi nivel en un Grand Slam», comentó exultante Alcaraz, quien anhela disputar el prestigioso Roland Garros en la Ciudad Luz.
El propio Nadal, con mesura, no escatimó en elogios a quien parece destinado a ser su relevo. Sin embargo, el zurdo mallorquín dejó claro que todavía no ha colgado los guantes.
Alcaraz, entrenado por el exjugador español Juan Carlos Ferrero, tendrá que dar continuidad a esa dinámica que lo distingue, precisión y entereza a la hora de enfrentar a sus rivales. Nunca se da por perdido.
En el camino, habrá nuevos capítulos en los cuales además de los mencionados, otros escollos pueden hacerle complicado su ascenso, como el griego Stefanos Tsitsipas y el ruso Daniil Medvedev.
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