El estudio internacional, apoyado en el uso de la inteligencia artificial, descubrirá olores como: fragancias de flores, especias, aceites, humo de cigarro o hedor de alcantarillas, los cuales constituyen patrimonio material e inmaterial del continente, identidad y conexión entre culturas y pueblos, sostienen los expertos.
La investigación, impulsada por científicos de diferentes países, apuesta por la recuperación de aromas vinculados con la nostalgia, el desagrado, la sorpresa y acontecimientos imprescindibles en la historia y la cultura europea pasada.
De acuerdo con los especialistas, los olores resultan un componente poderoso y significativo en procesos como colonización, urbanización, industrialización, nacionalismo y comercialización.
El empleo de la inteligencia artificial contribuirá al rastreo de descripciones de olores, objetos, gestos olfativos y escenas malolientes desde textos, dibujos, pinturas y fuentes históricas, compiladas en siete idiomas y empleadas, posteriormente, para la producción de esas fragancias milenarias.
En los últimos años, los museos incorporan a sus exposiciones transitorias y permanentes los enfoques sensoriales y apuestan por el acercamiento del público a las piezas mediante el tacto, gusto y olfato.
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