Entre las medidas en estudio está la suspensión de la financiación al buró de Schröder en el Bundestag (Cámara Baja del Parlamento), al que tiene derecho como ex jefe de Gobierno, según el diario Zeit.
En los últimos meses el excanciller federal fue objeto de críticas desde el ejecutivo por trabajar en empresas rusas, entre estas la Nord Stream y la petrolera Rosneft.
También recibió amenazas de ser excluido del Partido Socialdemócrata y, en ese sentido, los copresidentes de esa fuerza política Lars Klingbeil y Saskia Esken dieron un ultimátum a Schröder para que renuncie a sus cargos en esas compañías.
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