De acuerdo con el comunicado de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que toma por referencia un estudio publicado en la revista Nature Reviews Earth and Environment, los microplásticos y los nanoplásticos penetran en las regiones más remotas del planeta y causan afectaciones al clima y a la salud de los ecosistemas.
Por ejemplo, acotó, cuando las partículas más oscuras se depositan en la nieve, dañan la retroalimentación del albedo del hielo, lo que reduce su capacidad para reflejar la luz solar y promueve el derretimiento.
En la atmósfera, pueden servir como núcleos de condensación del vapor de agua y ocasionar efectos en la formación de nubes y a largo plazo en el clima, mientras que las manchas marinas más oscuras absorben mayor cantidad de energía solar y contribuyen al aumento del calor oceánico.
Las partículas plásticas se han detectado en prácticamente todas las esferas del medio ambiente, como en los cuerpos de agua, el suelo y el aire, ahondó el reporte.
A través de las corrientes oceánicas y los ríos, alertó, las más diminutas pueden llegar incluso a las profundidades del Ártico o la Antártida.
El transporte de micro-nanopartículas de plástico entre la atmósfera y el océano constituye un desafío creciente que plantea riesgos para la salud humana, marina y de los ecosistemas, y para cuyo pleno entendimiento se requiere una mayor observación e intercambio de datos, remarcó el organismo.
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