La meca de la arcilla con sede en la Porte d’Auteuil se desarrollará hasta el 5 de junio y acogerá a las principales figuras del llamado deporte blanco, aunque algunas de ellas con lesiones a cuestas, sin dejar de extrañar al suizo Roger Federer y a la estadounidense Serena Williams, ambos de 40 años, ya en el ocaso de sus brillantes carreras.
En el masculino, resulta obligatorio hablar de Nadal, vencedor de 13 de las últimas 17 versiones del Roland Garros, pero los problemas crónicos en su pie izquierdo, el síndrome de Muller-Weiss, le restan posibilidades ante rivales de mucho nivel.
El campeón vigente del segundo Grand Slam de la temporada y número uno mundial del ranking de la ATP, el serbio Novak Djokovic, parte como lógico favorito, pese a la polémica que lo marginó del Abierto de Australia por no vacunarse contra la Covid-19 y los contratiempos que ello representó. Para “Nole”, el certamen de París tiene particular importancia, ya que de conquistarlo igualaría a “Rafa” en la cima de Grand Slam ganados, con 21, por delante del ausente Federer (20).
También con dificultades físicas a cuestas, por una reciente intervención, arribó a la Ciudad de la Luz el ruso Daniil Medvedev, segundo en la clasificación universal e integrante de una lista de jugadores a seguir muy de cerca, junto al alemán Alexander Zverev (tercero) y el griego Stefanos Tsitsipas (cuartos), miembros de la nueva generación de tenistas estelares.
Sin embargo, nadie ahora mismo inquieta más a la élite establecida que el español de 19 años Carlos Alcaraz (sexto), un candidato de fuerza a conquistar el torneo por su meteórica progresión.
Entre las féminas, la relación de favoritas incluye a la polaca Iga Swiatek la primera en el ranking de la WTA y reciente monarca del Masters 1000 de Roma, donde derrotó a la tunecina Ons Jabeur (sexta), otra con posibilidades.
La veterana rumana de 30 años Simona Halep intenta recuperar su nivel, que no es el mismo que la llevó al título en el Garros de 2018, mientras la española de 24 años Paula Badosa tratará de pasar de ser promesa a realidad.
También destacan por mérito propio la campeona defensora del Roland Garros y número dos mundial, la checa Barbora Krejcíková, y la griega Maria Sakkari, tercera del escalafón.
El Grand Slam de París ofrece un botín de 2,2 millones de euros para los vencedores individuales, una recompensa muy superior a la otorgada en la edición precedente.
mem/wmr