Suscrito por Sohrab Ahmari, fundador y editor de la revista Compact, y editor colaborador de The American Conservative, el análisis aborda el aparente abandono de la ambigüedad estratégica por parte de Biden, lo que dijo el autor, es sólo el último indicio de que nuestra clase dirigente sólo puede extralimitarse.
¿Puede Estados Unidos evitar abrir una confrontación directa con la República Popular (China) con armas nucleares mientras ya estamos inmersos en una guerra por delegación abiertamente reconocida con Rusia, otra potencia nuclear?, preguntó Ahmari.
Si los chinos saben que un ataque (a Taiwán) será respondido por un ejército estadounidense, la única cuestión desde su punto de vista es cuándo es mejor organizarlo, dado el clima político y el equilibrio de fuerzas, valoró el analista.
Subrayó que el «compromiso» de Biden, además, daría al traste con décadas de política estadounidense: Taiwán no es un aliado del tratado como, por ejemplo, Japón o Polonia, y no fue considerado como tal por las sucesivas administraciones.
En virtud de la Ley de Relaciones con Taiwán, que estructuró los vínculos de Washington con la isla desde 1979, el gobierno estadounidense está obligado a ayudar a armar a los taiwaneses, pero no a defender directamente la isla, valoró el experto.
Ante las declaraciones del mandatario, puntualizó, la Casa Blanca se puso rápidamente en modo de control de daños, y un portavoz dijo a Fox News, de forma inverosímil, que «nuestra política no ha cambiado».
Alertó Ahmari que esta no es la primera vez que el presidente Biden comete errores de peso sobre la isla asiática que hay que enmendar por sus implicaciones.
La forma más fácil de explicar estas alarmantes declaraciones es la de «viejo loco que comete errores», explicó el analista de The American Conservative.
Las palabras también coinciden con un ambiente más amplio de beligerancia occidental general a ambos lados del Atlántico. Si se leen las principales páginas editoriales internacionales, las voces que piden un mínimo de moderación o prudente reserva son una minoría extrema, si es que se les permite escucharlas, señaló el analista.
Pese a la crisis en varios frentes que enfrenta Estados Unidos y sus aliados europeos, puntualizó Ahmari, la clase política transatlántica se siente muy cómoda con la perspectiva de una guerra en dos frentes con Rusia y China.
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