Los uniformados le dispararon cuando intentaba huir de la zona, durante una redada en la ciudad de Jenin, en el norte de la ocupada Cisjordania, precisó en conferencia de prensa Khatib al presentar las conclusiones de la pesquisa.
Ella huía hacia adelante como se puede ver por la trayectoria de la bala, detalló el funcionario.
La bala fue disparada desde una distancia de 170 a 200 metros por un francotirador con una línea de visión clara, subrayó.
Denunció que los militares comenzaron a dispararles sin previo aviso a los periodistas presentes en ese lugar.
En declaraciones a la televisora Press TV esta semana la también comunicadora palestina Shatha Hanaysha, quien se encontraba en el lugar cuando estalló el tiroteo, acusó a las fuerzas de Tel Aviv del asesinato.
“Vimos que se acercaban vehículos militares israelíes y también notaron nuestra presencia (…) No fue en absoluto un caso de identidad equivocada”, aseguró.
Una investigación de la televisora estadounidense CNN también apuntó a los militares.
Según el medio noticioso, al estudiar un audio de un video grabado en el momento del incidente, los peritos estimaron que los disparos procedían de unos 200 metros, la misma distancia que había en ese momento entre Abu Akleh y los militares israelíes.
También citó a Chris Cobb-Smith, un consultor de seguridad y veterano del ejército británico.
Luego de analizar las marcas de balas en un árbol justo donde la periodista perdió la vida, Cobb-Smith aseguró que los disparos fueron dirigidos y controlados.
“La cantidad de marcas (…) prueba que no fue un disparo al azar, ella fue atacada”, destacó.
En ese momento no había milicianos palestinos en el área, contó a CNN Salim Awad, un residente de Jenin.
La muerte hace dos semana de la periodista desató una ola de condenas internacionales a Israel, cuyos dirigentes en un principio negaron cualquier responsabilidad, aunque luego admitieron que era posible.
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