En su conferencia de prensa matutina diaria en el Palacio Nacional, respondió de esa forma a una pregunta sobre la tardanza de la Casa Blanca en determinar el tema de las exclusiones a Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Estamos esperando, repitió el mandatario, y reveló que ayer un funcionario muy cercano a Biden dijo que todavía no está terminada la lista de invitados o hace falta distribuir algunas más, así que vamos a esperar.
Insistió en que México tiene buena relación con Biden y sus colaboradores, con el jefe del Departamento de Estado, y su asesor de Seguridad, quienes tienen experiencia profesional y conocen bien la postura de México, dijo.
Son ellos, agregó, quienes tienen que resolver el problema, escuchar a todos como parece lo están haciendo, reconocer cuál es nuestra postura y como aun faltan unos días para la cumbre, cuando tengamos información vamos a darla a conocer.
Hay que esperar la respuesta, pero no hay prisa, repitió, porque estamos muy cerca, hay varios vuelos desde Tijuana y buena carretera a Los Ángeles.
La cumbre se inicia el próximo lunes y termina el viernes por la tarde-noche. Informó que él se quedaría en Los Ángeles para regresar el sábado si es que va. De lo contrario irá el canciller Marcelo Ebrard.
Aclaro que esa discrepancia no significa que haya pleito o confrontación con Estados Unidos porque es buena la relación con el presidente Biden.
Dijo que aun ante cualquier circunstancia las relaciones bilaterales van a seguir siendo buenas porque hay amistad de ambos pueblos, hay 40 millones de mexicanos en Estados Unidos, y también hay una integración económica, comercial, y Biden ha aceptado que debe haber pie de igualdad en nuestras relaciones.
Precisamente ayer el estadounidense Juan González, director del Consejo de Seguridad Nacional para el hemisferio occidental, reveló que Biden “quiere personalmente” que su par mexicano, López Obrador, acuda a la cita, y aclaró que su eventual ausencia en la cumbre no impactará a la cooperación bilateral.
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