El planteamiento lo formuló el ministro vietnamita de Defensa, general Phan Van Giang, al recibir al nuevo embajador norteamericano Marc Evans Knapper, con quien dialogó sobre la marcha de los vínculos bilaterales.
Según el jefe castrense, la cooperación en defensa entre los dos países continúa desarrollándose acorde al espíritu del Memorando de Entendimiento (MOU) de 2011 y la Declaración de Visión Conjunta sobre Relaciones en esta esfera, suscrita en 2015.
Van Giang subrayó que los vínculos en este campo muestran resultados positivos en la solución de las consecuencias de la guerra, el diálogo y la consulta, capacitación, búsqueda y rescate, apoyo humanitario y actividades de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, reseñó la agencia de noticias VNA.
Recomendó además prestar atención a la cooperación en defensa, especialmente en la superación de las secuelas de guerra, la mejora en la capacidad de mantenimiento de la paz y de la medicina militar para la prevención y el control de epidemias.
De acuerdo con datos de la Asociación de Víctimas de la dioxina en Viet Nam, entre 1961 y 1971 la aviación estadounidense roció 80 millones de litros de herbicida que contenían 400 kilogramos del llamado Agente Naranja, al cual quedaron expuestos alrededor de 4,8 millones de vietnamitas.
Mientras, el Instituto de Ciencias y Tecnología Militar de Vietnam y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) estimaron en 2015 que en el sureño aeropuerto de Bien Hoa quedaron contaminados 515 mil metros cúbicos de tierra, entre ellos varios focos con alta densidad.
Preocupantes por su elevado potencial tóxico, las dioxinas, son contaminantes ambientales pertenecientes a la que expertos denominan la “docena sucia”: un grupo de productos químicos peligrosos que forman parte de los llamados contaminantes orgánicos persistentes.
Además de provocar graves deformidades, se considera que más de 20 enfermedades son consecuencia directa de la exposición al Agente Naranja, entre ellas labio leporino y paladar hendido, hendiduras en la columna vertebral, deficiencias inmunológicas, trastornos nerviosos, diabetes y la enfermedad de Parkinson.
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