La pobreza en Afganistán obligó a muchos niños a trabajar y los pequeños dicen que les preocupa no recibir educación, indicó el canal de noticias TOLO News.
Bilal, un joven trabajador de 14 años que mantiene a su familia de ocho, dice que vende agua de la mañana a la noche en un carro y le molesta no poder ir a la escuela, apuntó el medio a modo de ejemplo.
Mujtaba, al igual que otros cientos de infantes afganos, trabaja como reparador de neumáticos en las carreteras de la capital, y tampoco puede asistir a las aulas.
«Soy el único sostén de mi familia de siete miembros, dejé la escuela en el quinto grado debido a los problemas económicos», dijo Mujtaba.
También, varios niños trabajadores describieron al portal las dificultades que enfrentan en el trabajo.
«Camino por las calles todo el día, con mucho calor, para vender plástico», dijo la niña Aisha, mientras Shahram, otro menor, recalcó su preocupación por su futuro.
Afganistán está en peores condiciones económicas, sociales y sanitarias después de la retirada militar de Estados Unidos, cuyas fuerzas armadas invadieron en 2001 el país bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo.
La invasión costó la muerte de cientos de miles de civiles afganos, 11 millones de refugiados y otra cifra millonaria de desplazados internos, además de más de dos billones de dólares del contribuyente estadounidense, según la Universidad Brown.
Tras el repliegue de Estados Unidos, el grupo armado de los talibanes controlan una nación más empobrecida que hace dos décadas, con una gran parte de la población en riesgo de padecer hambre, pese a poseer el país abundantes recursos naturales, entre ellos tierras raras, oro y litio.
La crítica situación está marcada además por una intensa sequía, que mermó la producción agrícola y aumentó el peligro de padecer hambruna, además de la carencia de agua.
Por otro lado, Afganistán, un país que depende mucho de la ayuda externa, quedó aislado de las instituciones financieras internacionales, después que Estados Unidos congeló casi 10 mil millones de dólares de los activos afganos.
La posición del gobierno estadounidense empeoró la situación afgana y los precios de los alimentos y del combustible se duplicaron en un momento en que cientos de miles de personas se quedaron sin trabajo.
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