“Luchamos por nuestro bienestar y lo haremos en lo venidero. Queremos dar a entender esto: Hungría rechazará todas las sanciones que pongan en peligro el suministro de gas para nuestro país», dijo Szijjarto en una intervención en el Parlamento, de acuerdo con la Magyar Radio.
Según las palabras del canciller esta jornada, si hubiesen permitido las sanciones de la Unión Europea al petróleo por oleoductos proveniente de la nación euroasiática, el precio del combustible aumentaría en un 55-60 por ciento.
Varios políticos europeos, en particular la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, y el vicecanciller de Polonia Pawel Jablonski, propusieron incluir en el séptimo paquete de las sanciones contra Moscú la prohibición de importar gas de Rusia.
El canciller destacó los intentos de ejercer presión sobre Hungría, tanto en el extranjero como dentro del país, para que renunciara a su posición.
«Antes siempre se podía adquirir gas y petróleo. La oferta prevalecía sobre la demanda en el mercado, el problema consistía en obtener el mejor precio. Hoy la situación ha cambiado radicalmente, el precio se ha convertido en elemento secundario en la compra de agentes energéticos, ahora la cuestión esencial es tener qué comprar», agregó Szijjarto.
El sexto paquete de sanciones contra Rusia prevé introducir por etapas el embargo contra las importaciones del petróleo ruso, que se extenderá solo a los suministros por mar y exceptuará el crudo que llega por el oleoducto Druzhba.
Además, incluye la desconexión del sistema Swift de los bancos rusos Sberbank, Rosseljozbank y Crediticio de Moscú.
Por su parte, el presidente Vladímir Putin declaró que la política de contención de Rusia forma parte de la estrategia occidental a largo plazo y constató que las sanciones hicieron un serio daño a toda la economía mundial.
Occidente persigue el objetivo de empeorar la vida de millones de personas, señaló Putin y agregó que los acontecimientos que se desarrollan hoy «ponen fin al dominio global de Occidente en la política y la economía».
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