La falta de exigencia alienta a Tel Aviv a “actuar como un Estado por encima de la ley, a persistir en cometer violaciones y a no cumplir con sus obligaciones como potencia ocupante”, denunció en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores.
La cancillería acusó a la vecina nación de provocar sistemáticamente escaladas y ciclos de violencia para encubrir la implementación de proyectos coloniales a expensas de las tierras palestinas y exportar sus crisis internas.
El gobierno israelí, encabezado por el extremista Naftali Naftali, es responsable directo de los continuos crímenes, señaló el texto, que advirtió sobre las consecuencias para la región de la actual ola de ataques de las fuerzas ocupantes y los colonos israelíes.
Días atrás Egipto criticó la oposición estadounidense al primer informe de un comité de la ONU sobre la situación en los territorios ocupados y acusó a Washington de mantener una postura sesgada en favor de Israel.
La cancillería expresó su asombro por la posición de la Casa Blanca ante el texto presentado por la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU sobre el Territorio Palestino Ocupado e Israel.
El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Ned Price, afirmó que ese reporte no ayuda a avanzar en una solución al conflicto.
En su primer informe, la comisión de Naciones Unidas concluyó que “la continua ocupación israelí y la discriminación contra los palestinos son las causas profundas de las tensiones recurrentes, la inestabilidad y la prolongación del conflicto”.
Dos analistas palestinos afirmaron este domingo que Washington carece de voluntad para resolver el conflicto en base a las normas internacionales debido a su respaldo inquebrantable a Tel Aviv.
El experto Omar Rahal resaltó que las acciones adoptadas por la administración del demócrata Joe Biden son escasas con respecto a sus promesas durante la campaña por la presidencia.
Las promesas del ahora mandatario quedaron en el papel en especial la solución de dos estados, subrayó.
En similar sentido se pronunció Jihad Harb, quien estimó que las recientes acciones de Washington no buscan solucionar el diferendo, sino cuestiones relacionadas con aspectos económicos.
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