El rotativo destacó que la renuncia de uno de sus miembros, el excomandante de la Armada Avraham Ben-Shoshan, no tendrá ningún efecto sobre el trabajo del grupo “por la sencilla razón de que no funciona en ningún caso”.
La publicación estimó que las labores de esa comisión están condenadas al fracaso porque su mandato nació torcido debido a la prohibición de investigar la conducta de los acusados o de presentar conclusiones.
Después de asumir su papel, los miembros del comité entendieron que es un problema difícil de superar y por ello no se reunieron ni siquiera una vez, señaló el rotativo.
Es posible que se hayan dado cuenta de que usaron su nombre no para conocer la verdad, sino por motivos políticos, agregó.
El gobierno de coalición aprobó en enero último la formación de ese grupo para abordar el tema de la compra de submarinos alemanes, que salpicó al ex primer ministro Benjamín Netanyahu y a varios allegados, incluidos exoficiales de la Marina.
Un mes después se anunció el panel de cinco miembros: el exjefe del Tribunal Superior de Justicia Asher Grunis, el exjuez Tzvi Zilbertal, el exgobernador del Banco Central Karnit Flug, el extitular de la Marina Avraham Ben Shushan y Yaakov Burtman, quien encabezó el departamento de equipamiento de la Fuerza Aérea.
La comisión tiene como objetivo examinar el turbio acuerdo para comprar submarinos del constructor naval alemán Thyssenkrupp, firmado en 2012.
El llamado caso tres mil es un escándalo de corrupción relacionado con un pacto multimillonario de tres submarinos con el conglomerado alemán.
El asunto gira en torno a acusaciones de una trama de soborno masivo y pago de comisiones en la compra de los sumergibles.
David Shimron, abogado y primo de Netanyahu, Miki Ganor, representante de Thyssenkrupp en Israel, David Sharan, exjefe del gabinete, Eliezer Zandberg, exministro de Infraestructuras, y Eliezer Marom, extitular de la Marina, figuran en la lista de sospechosos.
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