El Ministerio de Dotaciones y Asuntos Religiosos (Awqaf) precisó en un comunicado que solo el 29 de mayo unos mil 700 colonos ingresaron a la Explanada de las Mezquita, el complejo religioso que incluye a Al Aqsa.
El titular de Awqaf, Hatem Al-Bakri, también criticó la decisión de impedir las llamadas a la oración y los rezos en la Mezquita Ibrahimi, localizada en la urbe de Hebrón.
Al-Bakri condenó las crecientes violaciones practicadas por los uniformados de Tel Aviv contra los lugares religiosos islámicos.
Un informe de ese organismo documentó decenas de casos de palestinos heridos durante la represión de la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas, un sitio también sagrado para los judíos que lo conocen como Monte del Templo.
Según los acuerdos alcanzados hace décadas, a estos últimos solo se les permite visitar el lugar con numerosas condiciones, pero no rezar.
En abril las tensiones escalaron en torno a ese complejo tras las sistemáticas incursiones israelíes para desalojar a los musulmanes con el objetivo de permitir la entrada de los judíos con motivos del Pesaj, una fiesta que simboliza el comienzo del éxodo de ese pueblo.
El ejército de Tel Aviv ocupó la zona oriental de la metrópoli en 1967, y desde entonces mantiene bajo su control el territorio pese a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
En 1980 las autoridades israelíes declararon a toda la urbe como la capital eterna e indivisible del país, una postura rechazada por la comunidad internacional.
Unos 200 mil colonos viven en la zona oriental de esa urbe y otros 490 mil en el resto de Cisjordania, pese a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que exigen evacuar esos territorios.
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