En esas tres ciudades, capitales de las regiones de Liguria, Sicilia y Abruzzo, respectivamente, se impuso la coalición derechista formada por Forza Italia, La Liga y Hermanos de Italia, lo que en criterio de observadores políticos repercutirá en las elecciones generales de 2023.
La centroizquierda y en particular la coalición conformada por el Partido Democrático y el Movimiento 5 Estrellas (M5S), ganó en las capitales provinciales de Padua, Lodi y Tarento.
Aunque también esa fuerza se impuso en otras capitales de provincia como Verona, y Parma, sus candidatos no obtuvieron allí el 50 por ciento de los votos necesarios para validar la victoria y tendrán que acudir a la segunda vuelta, prevista para el 26 de junio próximo.
Ese día deberá votarse también nuevamente en otras 20 capitales de provincia como Catanzaro, Piacenza, Gorizia, Lucca y Alessandria, así como en todos los municipios con más de 15 mil habitantes donde los vencedores no lograron imponerse por una mayoría absoluta.
Giuseppe Conte, líder del M5S, señaló que lo peor de los comicios municipales del 12 de junio último fue el abstencionismo. Solo acudió a las urnas el 54,72 por ciento de los votantes.
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