«Representarían un entorno propicio para la transmisión del virus si implican interacciones estrechas, prolongadas y frecuentes entre las personas, en particular la actividad sexual», explicó la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud y el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC).
Las lecciones de otros brotes, sin embargo, demostraron que la anulación de estos espacios resulta probablemente contraproducente para el control de la enfermedad, aseveraron mediante un informe circulado este martes.
El cierre de locales o la cancelación de eventos no reduce los contactos sexuales, sino que desplaza las actividades a otros entornos, incluidas las fiestas privadas, que son menos accesibles a las intervenciones de divulgación comunitaria o de salud pública, remarcaron.
Al trabajar con los organizadores, se pueden comunicar los riesgos relacionados con la viruela del mono y proporcionar información clara, práctica y específica a los asistentes, argumentaron en el texto.
El director de la oficina sanitaria europea, Hans Henri P. Kluge, subrayó que el virus «no está adscrito a ningún grupo específico» y «estigmatizar a ciertas poblaciones socava la respuesta, como vimos una y otra vez en contextos tan diversos como el VIH/sida, la tuberculosis y la Covid-19».
En declaraciones a la prensa, el alto funcionario apoyó la idea de que estos eventos son «una gran oportunidad para comprometerse con los jóvenes, sexualmente activos y con gran movilidad».
La directora del ECDC, Andrea Ammon, pidió por su parte que quienes tengan sospecha de viruela del mono se abstengan de acudir a este tipo de espacios.
Ambas entidades pronosticaron un gran número de grandes eventos este verano dado que en muchos países europeos levantaron las restricciones de viajes y concentraciones masivas tras superar los peores momentos de la pandemia.
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