El buque fue botado al agua en los astilleros de Shanghái (este) y en los próximos días realizará pruebas de amarre y en el mar antes de entrar oficialmente en servicio.
Se trata del primer portaaviones de fabricación nacional de China y que utiliza las catapultas electromagnéticas, un sistema similar a los de Estados Unidos y que permitirá lanzar una variedad más amplia de naves con mayor velocidad y más municiones.
Su desplazamiento a plena carga es superior a las 80 mil toneladas y está equipado con dispositivos de bloqueo.
El primer portaaviones de China fue el Liaoning, un buque inacabado de la era soviética comprado a Ucrania en 1998, que actualizó y finalmente puso en servicio en 2012.
La nación asiática lo usó para desarrollar su segundo equipo, el Shandong y que incorporó a la Armada en diciembre de 2019.
China se plantea tener un Ejército de primer nivel hacia mediados de siglo y su flota naval se compone de 355 barcos de superficie y submarinos actualmente.
Según los estimados, esa cantidad se incrementará a 420 en 2025 y a 460 en 2030.
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