La reciente ola de ataques contra los habitantes de Cisjordania es parte de una estrategia de Tel Aviv que busca elevar la tensión para crear un estado de caos e inestabilidad con el fin de impulsar su política expansionista, denunció en un comunicado la cancillería palestina.
El Ministerio de Relaciones Exteriores estimó que esas acciones son parte de “la carrera contra el tiempo de Israel para cerrar permanentemente la puerta a cualquier oportunidad de crear un estado palestino, con Jerusalén Este como su capital”.
Ante esa situación, responsabilizó al ejecutivo israelí por los ataques de sus tropas y de los colonos.
La cancillería instó a la comunidad internacional a asumir sus responsabilidades legales y morales para detener la ofensiva del vecino país.
Es necesario no solo detener la escalada, sino también fomentar la confianza entre ambas partes para reiniciar el diálogo con el fin de alcanzar una solución del conflicto, subrayó.
En varias oportunidades el primer ministro israelí, Naftali Bennett, rechazó entrevistarse con el liderazgo palestino, retomar las conversaciones o paralizar la colonización en Cisjordania, donde se calculan que viven 490 mil judíos, sin incluir a los 200 mil asentados en Jerusalén Este, zona ocupada desde 1967.
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