En carta a la organización sionista Conservadores Amigos de Israel, Johnson dijo que el Reino Unido se opone a la pesquisa sobre los crímenes de guerra cometidos por las tropas de Tel Aviv en Cisjordania y la Franja de Gaza, ocupadas por Israel desde 1967 en las cuales asienta a miles de israelíes.
La decisión marca un punto bajo en las relaciones entre Palestina y el Reino Unido, además de minar la credibilidad del país europeo en la escena internacional, subraya un comunicado oficial difundido por la agencia noticiosa WAFA.
Asimismo señala que la misiva del primer ministro británico contradice la legalidad internacional, al igual que la política del reino ‘subvierte el orden mundial basado en normas legales y retrasa los esfuerzos para asegurar una paz justa y duradera en Palestina’.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reaccionó con acritud a la decisión de la CPI de abrir una pesquisa independiente sobre denuncias de crímenes de lesa humanidad cometidas por soldados y pobladores de los asentamiento sionistas en Cisjordania y admitió que hasta 10 mil militares de su país podrían ser condenados.
Gran Bretaña era la potencia colonial en Palestina cuando la ONU adoptó en 1947 la Resolución 181 que establecía la partición de Palestina en un estado árabe y un hogar nacional para los judíos, devenido estado de Israel que hoy cuenta con el arma atómica y uno de los ejércitos más potentes del planeta.
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