La organización se pronunció varias horas después de la difusión de una carta emitida por el presidente de la república, Guillermo Lasso, en la cual manifestó la voluntad del ejecutivo de ir a una mesa de conversaciones con la Conaie y el resto de los colectivos participantes en el paro iniciado el pasado 13 de junio.
En rueda de prensa junto a dirigentes de otras organizaciones, el presidente de la Conaie, Leonidas Iza, recalcó que las jornadas de marchas las protagonizan quienes sienten una profunda crisis a partir de la pandemia de la Covid-19 y actualmente carecen de condiciones para sobrevivir.
Al respecto, agregó que tras fallidos intentos, el espíritu de diálogo y de salir de esos espacios con resultados se ha agotado, pero están dispuestos a permitir la apertura de una discusión sobre mecanismos para solucionar las adversas condiciones de la población y restituir los derechos sociales conculcados por la política económica.
En ese sentido, Iza precisó que piden garantizar inmediatamente las condiciones de cumplimiento de sus derechos políticos, con el fin de permitir a las organizaciones sociales reunirse para afinar procedimientos, posturas y respuestas de cara al nuevo acercamiento.
«Esto supone la voluntad del gobierno nacional para bajar las acciones represivas, derogar el estado de excepción y la desmilitarización del parque El Arbolito, espacio histórico de acogida para hacer asambleas».
Iza aprovechó la ocasión para invitar a quienes apoyan las manifestaciones y la resistencia de los colectivos sociales a acompañarlos en la asamblea plurinacional, donde analizarán mecanismos para el cumplimiento de los 10 puntos planteados al ejecutivo y definirán la respuesta al gobierno nacional.
A la iglesia y todas las formas de espiritualidad les solicitó abrir sus espacios físicos con el fin de acoger a quienes viajaron desde otras ciudades para ser parte del levantamiento y que les permitan descansar.
Iza también advirtió que desde el inicio de las movilizaciones nacionales, territoriales e indefinidas, el gobierno ha empleado una estrategia basada casi exclusivamente en el uso de la fuerza, con una escalada de la represión y el incremento de los discursos de odio y estigmatización en contra del movimiento indígena.
A su juicio, ese espíritu bélico ha exacerbado los ánimos de quienes llegaron a la capital por respuestas y generado una escalada de conflictos que ya cuenta con reportes de dos muertes, casi un centenar de heridos, algunos de gravedad, y al menos 79 detenidos.
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