Ese cerco tiene efectos devastadores para la población civil del territorio al limitar la importación de bienes esenciales, incluidos materiales de construcción, paralizar el comercio interno palestino y las exportaciones, cuestionó la Organización No Gubernamental (ONG) en un comunicado.
A ello se suma la imposibilidad de los habitantes del enclave costero de salir para visitar a sus familiares, recibir atención médica o buscar empleo en Cisjordania o en el extranjero, subrayó.
Oxfam alertó que esas acciones equivalen “a un castigo colectivo que está explícitamente prohibido por el derecho internacional humanitario en el artículo 33 del Cuarto Convenio de Ginebra”.
Criticó también la decisión de Israel de prohibir o limitar al máximo la entrada de miles de bienes catalogados como de doble uso (productos civiles con potencial empleo militar).
Las listas de Tel Aviv incluyen elementos como madera, barras de acero y cemento, que no son reconocidos internacionalmente como de doble uso, resaltó.
En esa región el desempleo asciende a 46,6 por ciento mientras la población tiene apenas 12 horas de electricidad diarias, destacó.
Según datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, el costo acumulado del cierre y de las restricciones económicas totalizaron 16 mil 700 millones de dólares de 2007 a 2018, una cifra equivalente a seis veces el Producto Interno Bruto de la franja.
A mediados de este mes, la ONG Save the Children reveló que cuatro de cada cinco niños en la franja de Gaza viven con depresión, dolor o miedo tras 15 años de bloqueo israelí.
Según una investigación de esa entidad, la cifra de infantes y adolescentes que informaron de angustia emocional en ese territorio pasó de 55 por ciento en 2018 a 80 por ciento en la actualidad.
Bajo el título de Atrapados, el informe destacó que más de la mitad de los niños y jóvenes del enclave costero pensaron en suicidarse y tres de cada cinco se autolesionaron.
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