A Líbano llegó Khaled por invitación del Ministerio de Cultura y en el corazón de Hamra, una comunidad céntrica de la capital, plasmó su última creación en solidaridad con los millones de palestinos sitiados en la Franja de Gaza y refugiados en muchas naciones.
Para este joven, sus obras no necesitan de galerías, museos, ni curadores, ocupan calles y espacios públicos en beneficio de la cultura.
Sus murales, mediante la técnica de combinar caligrafía, tipografía y grafiti, están presentes en países como Palestina, Egipto, Turquía, Azerbaiyán, Somalia, Sudán, Emiratos Árabes Unidos, Kenya, Zimbabwe y Líbano.
La pasión de Khaled por el grafiti despertó en su natal Franja de Gaza al observar los muros del campamento de Khan Yunis en la zona sur, cuyas paredes están cubiertas de escritos, dibujos y consignas, comentó a Prensa Latina.
Retratos de los mártires y de los acontecimientos de la Intifada (rebelión) Palestina motivaron los primeros grafitis como respuesta a la ocupación de Israel y la opresión contra el pueblo.
A sus 30 años, el artista callejero es consciente del papel de los creadores de producir contenidos y viajar a cualquier parte del mundo para plasmar un mensaje de paz y de resistencia.
El pincel, el sonido de la brocha, el calor de los colores y la expresión de los gráficos pueden ser más fuertes que el poder de las armas, aseguró.
Lejos de la tierra que lo vio nacer, Khaled reafirmó la obligación de proteger a Palestina, contar las historias de los campamentos, los éxitos y la valentía de sus ciudadanos.
En Líbano terminó la obra de arte de caligrafía más grande, de 35 metros de largo y 15 de ancho, con la combinación de letras del poeta Ghassan Matar y de la cantante Julia Boutros, que rezan: “con cuanto construimos un mañana mejor, con cuanto seguiremos y triunfaremos”.
Según resaltó, el grafiti en Hamra afirma que Palestina es el eje de la causa y su injusta condena recibirá el apoyo de todos los pueblos libres del mundo.
Considerada la capital árabe de los refugiados, Líbano cuenta con más de 200 mil palestinos en diferentes comunidades de acogida y en los campamentos de Sabra, Shatila, Burj al Barajneh y Al Rashidiyah, Khaled estampó su arte callejero.
En el intercambio no faltó el agradecimiento a los pueblos de América Latina y del mundo por acompañar la lucha de Palestina frente a los ataques de Israel.
Deseó viajar a Cuba y dibujar un gran grafiti como un mensaje de un artista de la Franja de Gaza al ejemplo y la rebeldía de la Revolución.
Khaled desafía a través de su creatividad el cerco que viven las naciones del Medio Oriente, especialmente Líbano y Palestina, bajo la convicción de que la cultura constituye una puerta a la libertad.
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