«No queremos quitarle nada a nadie. Solo queremos dar la oportunidad a aquellos que nunca la tuvieron. De hecho, quiero crear un estado de bienestar social en el cual la gente trabaje, la gente viva, la gente coma, la gente viva en paz», declaró Lula a Radio Educadora, del municipio Piracicaba, estado de Sao Paulo.
Admitió en que quiere además que «los barrios tengan área de ocio para los niños, área de práctica de deportes para el pueblo». El fundador del Partido de los Trabajadores (PT) destacó también otros derechos básicos como educación, salud, saneamiento y posibilidad de que el trabajador compre lo que produce.
Insistió en que «quiero que la gente viva bien. El hijo de la doméstica vaya a la universidad, el hijo del albañil vaya a ser ingeniero y los niños humildes tengan oportunidades».
Remarcó que «quiero crear para Brasil un mundo de abundancia, un mundo de paz, un mundo de esperanza, un mundo de trabajo, un mundo de riqueza, porque nadie opta por la pobreza».
Según el precandidato presidencial del PT, el papel del gobierno es crear oportunidades para que las personas mejoren de vida, ser una especie de gato hidráulico de esas oportunidades.
Consintió querer crear, con más fuerzas políticas adoptadas en sus gobiernos y destruidas después, como estimular el acceso a la Universidad, cual sucedió cuando era presidente.
Lula rememoró el legado en la educación, lo cual permitió el acceso de cinco millones de jóvenes a la enseñanza superior, lo que hizo que el número pasara de 3,5 millones a 8,5 millones entre la entrada y salida de su partido del poder.
Ante otras interrogantes, el exgobernante criticó la destrucción de las políticas sociales por el actual gobierno y consideró que el mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro tiene un discurso falso.
«Es una mentira que, lamentablemente, una parte de la sociedad creyó en 2018 y ahora pienso que la sociedad va a deshacerse de esa mentira y restablecer la verdad, la paz y el amor, en lugar del odio», en referencia a las elecciones de octubre.
Hizo alusión a otras disputas electorales, cuando concurrió con adversarios civilizados, capaces de saludarse y dividir una mesa, en medio del debate electivo.
«Las personas eran civilizadas. Ahora la política está tomada de odio», denunció.
Hasta la fecha, Lula encabeza todas las encuestas de opinión rumbo a las próximas votaciones, en las cuales espera reelegirse Bolsonaro.
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