Para este nuevo aniversario, esa fuerza política registra un aumento 4,3 millones de nuevos militantes, mientras elevó a 4,9 millones sus organizaciones de base.
Un reporte divulgado esta semana por la fecha subrayó que el crecimiento de la membrecía del PCCh en 2021 fue un 3,7 por ciento mayor que el año precedente y un 15,9 superior a la cifra presentada durante el 18 Congreso de la agrupación en 2012.
También se refirió a la integración de jóvenes, obreros, campesinos, profesionales, mujeres y representantes de grupos étnicos.
Las féminas ahora son el 28,4 por ciento de la membrecía y en 1949 apenas eran el 11,9.
Mientras, la proporción de militantes de los grupos étnicos pasó de 2,5 a 7,5 en el período citado.
Otro documento reveló que los órganos disciplinarios del PCCh investigaron y sancionaron alrededor de cinco millones de personas por delitos relacionados con corrupción desde 2012 hasta abril pasado.
La organización comunista está de preparativos para celebrar en el otoño próximo su 20 congreso nacional.
Durante el anterior cónclave, efectuado en octubre de 2017, enmendó sus estatutos para incluir nuevos conceptos de gobernanza, pensamientos y estrategias que buscan convertirla en una organización más fuerte y avanzar hacia la ansiada revitalización socioeconómica y política del país.
Al documento constitutivo del partido quedó incorporada la idea del socialismo con peculiaridades chinas, considerada la ruta a seguir para materializar las proyecciones futuras.
Ese pensamiento hace énfasis en actualizar las leyes, transformar al Ejército Popular de Liberación en unas fuerzas armadas de primer orden mundial e incentivar una nueva forma de relaciones internacionales que contribuya a garantizar un futuro mejor para la humanidad.
Entre otros puntos, contempla acciones precisas contra desafíos pendientes como la pobreza, la contaminación, riesgos financieros, desarrollo sostenible y la corrupción, pues podrían entorpecer los planes de revitalización nacional.
El PCCh también está inmerso en la profundización de la política de reforma y apertura que hicieron del gigante asiático el mayor captador de inversión extranjera directa y la segunda economía del orbe.
Ahora, la premisa es priorizar la calidad y la innovación para asegurar el verdadero crecimiento sostenible.
Otro objetivo es erradicar el apelativo de “fábrica del mundo” y la apuesta es por un modelo de crecimiento donde las cuestiones de eficiencia y medioambientales tomen un peso mayor, pero a la vez fomenten las exportaciones y el consumo interno.
ymr