Durante su intervención en la reciente entrega del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, informó sobre la presencia en el país de una delegación estadounidense para entablar una segunda ronda de negociaciones.
Maduro precisó que el presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento), Jorge Rodríguez, sostuvo una reunión con la contraparte de Washington para abordar temas de la agenda bilateral.
Al respecto, el jefe de Estado ratificó el compromiso del Gobierno bolivariano de dar continuidad al proceso de diálogo y acercamiento iniciado en marzo, cuando visitó Caracas un grupo de emisarios de la administración de Joe Biden.
Aquel primer encuentro aconteció en un ambiente diplomático, respetuoso y cordial, en el cual las partes acordaron desarrollar “una agenda positiva a futuro”, de acuerdo con valoraciones emitidas entonces por el presidente de Venezuela.
A la par de sus contactos con el Ejecutivo bolivariano, la delegación de Estados Unidos sostuvo reuniones con sectores de la oposición agrupados en la denominada Plataforma Unitaria de Venezuela.
De acuerdo con un comunicado de la coalición opositora, el encuentro tuvo como objetivo “coordinar esfuerzos en aras del restablecimiento del proceso de negociación” con el Gobierno venezolano, bajo el memorando de entendimiento firmado en agosto de 2021 en México.
Desde mayo último, los principales negociadores del Ejecutivo bolivariano y la Plataforma Unitaria establecieron contactos para buscar fórmulas de acción de cara a futuras conversaciones.
En ese sentido, el Gobierno de Venezuela ha exigido en reiteradas ocasiones la participación del diplomático Alex Saab –detenido en Estados Unidos- en cualquier iniciativa para una eventual reactivación de las conversaciones.
Los recientes contactos de Washington y Caracas tienen de trasfondo la operación militar de Rusia en Ucrania y las severas medias de retaliación aplicadas por Occidente contra Moscú, con un significativo impacto en el comercio energético internacional.
Venezuela decidió romper relaciones diplomáticas con la nación norteamericana el 23 de enero de 2019, en respuesta al apoyo de la Casa Blanca a la autoproclamación del dirigente opositor Juan Guaidó como presidente encargado del país sudamericano, en acto de usurpación percibido como intento de golpe de Estado.
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