Según informó un vocero del Ejecutivo semiautónomo de ese territorio del norte de Gran Bretaña, Sturgeon abordó el tema de la consulta en una conversación telefónica que mantuvo la víspera con el gobernante conservador del Reino Unido.
La fuente agregó que la también líder del Partido Nacional Escocés (SNP) le dejó claro a su interlocutor que está lista para negociar con las autoridades centrales de Londres la llamada Orden 30 que la autorizaría a convocar la consulta, pero le reiteró, dijo, que la ausencia de ese permiso no significa que Escocia podrá ser privada del derecho a decidir su futuro.
La semana pasada, Sturgeon propuso el 19 de octubre de 2023 como fecha para celebrar un nuevo referendo sobre la independencia de Escocia, pese a la oposición de Londres, que da como válido para toda esta generación el resultado de 2014, cuando el 55 por ciento de los escoceses votaron por seguir siendo parte del Reino Unido.
Los independentistas del SNP alegan, sin embargo, que el Brexit trastocó ese escenario, porque Escocia debió abandonar la Unión Europea junto al resto de los británicos en enero de 2020, pese a que el 62 por ciento de su población votó a favor de permanecer dentro del bloque.
Johnson también informó a través de Twitter de su conversación telefónica con Sturgeon, pero se limitó a decir que agradeció a la jefa del gobierno escocés por respaldar la ayuda militar enviada por Londres a Ucrania, sin mencionar el tema de la consulta independentista.
Tanto el gobernante Partido Conservador como la oposición laborista se oponen a la celebración de otro referendo secesionista en Escocia, y consideran que Sturgeon debe ocuparse de atender la crisis del costo de la vida y otros temas de mayor prioridad.
Una encuesta publicada la semana pasada por la agencia encuestadora Savanta ComRes aseguró que el 53 por ciento de los escoceses se opone a la realización de otra consulta sobre la independencia.
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