Entre 2014 y 2016, período que precedió al golpe parlamentario judicial contra la expresidenta Dilma Rousseff, el flagelo afectaba a 3,9 millones de personas (1,9 por ciento de la población), precisa el documento de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO).
De acuerdo con el texto, en la etapa comprendida entre 2019 y 2021, cuando se amplía para inseguridad alimentaria grave o moderada, la cifra escala a 61,3 millones de brasileños.
Tal guarismo corresponde al 28,9 por ciento de la población, casi un tercio del país que cuenta con unos 213 millones de habitantes.
La inseguridad alimentaria moderada o grave afectó, entre 2015 y 2016, a 37,5 millones de connacionales.
En el caso de América Latina y el Caribe, el estudio de la FAO revela que el hambre alcanzó el 8,6 por ciento de su población en el pasado calendario, afectando directamente a 56,5 millones, cuatro millones más que en 2020.
También la investigación indica que el número de personas afectadas por el hambre en todo el mundo aumentó a 828 millones en 2021, una subida de unos 46 millones desde 2020 y de 150 millones desde el inicio de la pandemia de Covid-19.
Después de permanecer relativamente inalterada desde 2015, la proporción de personas afectadas por la hambruna saltó en 2020 y continuó agrandando en 2021, llegando al 9,8 por ciento de la población universal.
El estudio proporciona nuevas evidencias de que el mundo se aleja aún más de su meta de acabar con el hambre, inseguridad alimentaria y malnutrición en todas sus formas para 2030.
La muestra analiza asimismo las maneras en que los gobiernos pueden reformular su apoyo actual a la agricultura para reducir el costo de alimentos saludables, estando atentos a los recursos públicos limitados disponibles en muchas partes del planeta.
Otro dato alarmante es que cerca de 2,3 mil millones de personas en el orbe (29,3 por ciento) enfrentaron incertidumbre alimentaria moderada o severa en 2021 (350 millones antes del brote de la crisis sanitaria).
Cerca de 924 millones de personas (11,7 por ciento de la población mundial) afrontaron la inseguridad alimentaria en niveles rígidos, una crecida de 207 millones en dos años.
Mirando el futuro, las proyecciones son que cerca de 670 millones de personas (ocho por ciento de la población mundial) aún desafiarán el hambre en 2030, aunque una recuperación económica global sea tenida en cuenta.
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