La Covid-19 aceleró la transformación digital y el trabajo recayó en modalidades remotas, describió la firma global de servicios profesionales Marsh, que sondeó la opinión de más de 660 responsables de áreas vinculadas con el riesgo digital. Entre las consecuencias tras casi tres años de interrupción de la presencialidad, el texto elaborado en colaboración con la tecnológica estadounidense Microsoft señaló la desconfianza manifiesta para gestionar la ciberseguridad.
En base a su nivel de ingresos, según los resultados, las empresas más grandes se enfrentaron a más ataques tanto en número como en variedad.
El 71 por ciento de los encuestados teme un ataque ransomware, pues para poder recuperar la información los ciberdelincuentes piden una importante cantidad de dinero como compensación, agregaron los autores.
Asia calificó de amenaza más temida la pérdida o robo de datos personales (68 por ciento), mientras Latinoamérica y el Caribe el extravío de información privada (44 por ciento).
Pese a estas dudas, un 79 por ciento de las organizaciones aseguró disponer de un plan de respuesta ante un posible ataque con tales características a nivel de ciberseguridad.
La multinacional Trend Micro informó en junio pasado que el correo electrónico (email) se ratificó en 2021 como la vía principal de los ataques informáticos al concentrar el 74 por ciento de las amenazas detectadas y bloqueadas, un salto del 101 por ciento contra el año anterior.
La incidencia de ciberataques a nivel internacional va en pleno ascenso, incluso los gobiernos destinan grandes cantidades de recursos en materia de seguridad digital y crean leyes para penalizar a los agresores, advierten los expertos.
La consultora tecnológica ABI Research calculó que el gasto en esta área del sector industrial de infraestructuras críticas -como el de energía o transporte- crecerá a una tasa anual del 10 por ciento hasta los 23 mil millones de dólares a finales de 2022 y llegará a 36 mil 670 millones en 2027.
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