Exigimos que se ejecute la sentencia dictada en abril de este año por el tribunal militar que condenó a Compaoré a cadena perpetua, dijeron en una conferencia de prensa los representantes de los familiares de Sankara y de sus compañeros muertos en septiembre de 1987.
El ex jefe de Estado, que se encontraba en Costa de Marfil desde 2014, llegó la víspera a Ouagadougou, la capital del país de África occidental, para participar este viernes en un encuentro con antiguos dignatarios que fue convocado por el presidente de la transición y líder golpista, teniente coronel Paul-Henry Damiba.
Para el colectivo de letrados Compaoré no es un «superburkinabe», sino simplemente una persona sujeta a la ley como todos los demás burkinabeses.
Debe ser detenido y entregado a las autoridades judiciales para que cumpla su condena, sin tener en cuenta las agendas políticas, apuntaron en la rueda de prensa.
Para el abogado Prosper Farama resulta un precedente extremadamente peligroso el que crea el gobierno de transición al dejarlo escapar de la justicia.
Un acto que, explicó, refleja la voluntad del gobernante Movimiento Patriótico de Salvaguardia y Restauración de restaurar el antiguo sistema y salvaguardar sus intereses.
Compaoré fue invitado por las autoridades de transición para un encuentro con los antiguos jefes de Estado Jean Baptiste Ouédraogo, Yacouba Isaac Zida, Michel Kafando y Roch Marc Kaboré, derrocado el 24 de enero pasado por una asonada encabezada por Damiba.
La cita forma parte del proceso de reconciliación nacional tras el golpe militar que siguió un amotinamiento de uniformados contra la falta de recursos en la lucha contra el terrorismo, flagelo que afecta a zonas del norte y centro del país de África occidental desde 2015.
«Este encuentro, importante para la vida de la nación, no afecta los procedimientos judiciales contra algunos», dijo la Dirección de Comunicación de la Presidencia de Burkina Faso en su muro de Facebook.
Hace dos semanas, el mandatario de la transición recibió en audiencia a Kaboré y Ouédraogo para tratar asuntos de seguridad y relacionados con la transición en el país, de acuerdo con versiones oficiales. Ninguno de los dos dignatarios ofrecieron declaraciones a la prensa sobre el encuentro.
Los contactos, que han incluido a autoridades tradicionales y religiosas, se producen cuando diversas voces señalan un fracaso de la estrategia antiterrorista del nuevo gobierno, que no ha podido frenar un incremento de las acciones de grupos extremistas armados vinculados a al Qaeda y el Estado Islámico.
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