El bloque de los Veintisiete estimó en un comunicado publicado esta jornada que esas conductas son censurables, discriminatorias y que atentan contra los derechos fundamentales del colectivo.
El ejecutivo comunitario inició el procedimiento de infracción en julio del pasado año, un mes después de la adopción de la ley y de que Budapest se negara a enmendarla pese al diálogo con Bruselas y la censura de gran parte de la Unión Europea.
La norma prohíbe charlas sobre homosexualidad en los centros escolares y limita los contenidos sobre la comunidad queer emitidos en televisión.
De acuerdo con el Gobierno húngaro dichas acciones podrían «promover o representar divergencias con respecto a la identidad personal correspondiente al sexo al nacer, un cambio de sexo o la homosexualidad».
Con esa definición, Budapest impone restricciones en los servicios de comercio electrónico y de la sociedad de la información, las actividades educativas, el acceso a los datos registrados de contenidos audiovisuales y la publicidad, y todas ellas son medidas que se contraponen a la Carta de Derechos Fundamentales de la UE.
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