Se trata de tres menores, quienes viajaban solos, y perecieron en el tráiler abandonado en San Antonio, el pasado 27 de junio.
La víspera, el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) brindó acompañamiento a los familiares de Juan Wilmer Tulul, de 14 años; y de Jonny Tziquín, de 17, originarios de Sololá.
Sus féretros llegaron a esta capital en un vuelo comercial y posteriormente se trasladaron a sus comunidades con el apoyo, además, el Consejo Nacional de Atención al Migrante, según la nota oficial.
También el viernes último, tuvo lugar la repatriación de Pascual Melvin Guachiac, de 13 años.
De acuerdo con el Minex, se trabaja intensamente con las autoridades estadounidenses para agilizar el retorno del resto de los guatemaltecos fallecidos, en total 22.
La cartera ratificó, asimismo, su compromiso con la asistencia a las familias durante todo el proceso en voz del titular Mario Búcaro, quien asistió a la ceremonia luctuosa.
«El sueño de él era ayudarnos», narró el padre de Guachiac a la prensa, y aunque nos opusimos a su viaje, finalmente partió por las malas condiciones de vida en nuestra comunidad.
Una historia repetida ante los altos niveles de pobreza (más del 50 por ciento de la población), desempleo y violencia de este país centroamericano, uno de los principales expulsores de migrantes en Centroamérica.
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