Plibersek se refirió a la investigación quinquenal como una historia de crisis y declive en el medio ambiente de Australia, y de una década de inacción gubernamental e ignorancia voluntaria, publicó The Guardian.
De acuerdo con el documento, se elevó a 202 el número de especies de animales y plantas en peligro de extinción con la incorporación a la lista de 175 solo en el periodo de 2011 al 2016.
Probablemente, existan muchas más especies amenazadas como consecuencia de los catastróficos incendios forestales en 2019 y 2020, que provocaron la muerte o el desplazamiento de alrededor de tres mil millones de animales, agrega el texto.
El deplorable panorama se debe también a la acción irresponsable del hombre con el aumento de las tierras utilizadas para el pastoreo, la silvicultura y la agricultura, añade el informe.
Puntualiza, además, que desde 1990 se taladraron más de 6,1 millones de hectáreas de bosque nativo.
Debido a la sequía y la extracción indiscriminada de agua, los niveles de la cuenca Murray-Darling, de mayor importancia en el país, alcanzaron mínimos históricos en 2019, mientras que los ríos y otros depósitos naturales se encuentran en su mayoría en malas condiciones, explica el documento.
También, las poblaciones de peces nativos descendieron en más del 90 por ciento en los últimos 150 años, una tendencia que parece continuar, según la investigación.
El informe revela que las olas de calor marinas causaron el blanqueamiento masivo de los corales de la gran barrera en 2016, 2017 y 2020.
Señala, entre otros detalles, que la acidificación de los océanos, causada por la absorción de dióxido de carbono de la atmósfera, se acerca a un punto de inflexión que provocará la disminución de los corales juveniles.
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